Carta a Francia VII: Viejas Cartas
A veces el pasado llega, toca la puerta y nos deja observarlo, reir, disfrutar, y seguir adelante...
Duerme con un ideal, sueña que hay un amor que te espera en algún lugar. Y no cualquier amor, TÚ AMOR, ese que ya es parte de tí y se alberga en tu corazón y espiritu auunque no lo conozcas aún. Y, aunque a veces tú no lo creas, tú eres parte de él, aún cuando él no lo sepa, o no quiera aceptarlo.
Esos lazos irrompibles, y que traspasan fronteras temporales y espaciales, te únen a tí y a él más allá del propio entendimiento. Por esto, sueña cada día con él y aparecerá en tu vida, nunca pierdas la ilusión, la fé, la esperanza porque estas son lo que mantiene vivos nuestros cuerpos, alimenta nuestras almas y nos ayudan a esperar y seguir nuestro camino.
Duerme con un ideal, sueña que hay un amor que te espera en algún lugar. Y no cualquier amor, TÚ AMOR, ese que ya es parte de tí y se alberga en tu corazón y espiritu auunque no lo conozcas aún. Y, aunque a veces tú no lo creas, tú eres parte de él, aún cuando él no lo sepa, o no quiera aceptarlo.
Esos lazos irrompibles, y que traspasan fronteras temporales y espaciales, te únen a tí y a él más allá del propio entendimiento. Por esto, sueña cada día con él y aparecerá en tu vida, nunca pierdas la ilusión, la fé, la esperanza porque estas son lo que mantiene vivos nuestros cuerpos, alimenta nuestras almas y nos ayudan a esperar y seguir nuestro camino.
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