De regreso

Estimado lector lectora, hoy tengo que disculparme por la ausencia. La excusa, si es que alguien quiere leerla, viene a continuación, aquellos que no quieran leerla pueden olvidarse del siguiente párrafo.

Pues el fin de semana se hizo de trabajo debido a un seminario en actualización de herramientas pedagógicas que me interesó en demasía. El mentado seminario cubrió diez horas de trabajo en sábado y cinco en domingo. Imaginarán todos---que tienen potente imaginación, lo sé--- que, al momento de regresar a casa, lo último de lo que quería saber era de una computadora.

Ahora bien, el fin de semana fue edificante y atemorizante al mismo tiempo. Me explico. ¡La educación es una tarea bestial! El entrarle a los trancazos de formar académicamente a alguien es algo que se debe meditar con tiempo y después de haber leído todo lo correspondiente a las teorías constructivistas---que es el modelo que se utiliza en la mayor parte de los centros de educación de nuestro país. La tarea docente bien hecha requiere de un tiempo impresionante, más del que se puedan imaginar---y eso que estoy asumiendo que tienen muy buena imaginación. La tarea docente bien hecha es algo que se necesita en México, a todos los niveles y se necesita hacer bien y ¡pronto! Para poder salir del hoyo.

El compromiso es grande, pero las ganas también. El pánico está, pero no vence, fortalece.