Destino

¡Oh Destino! Tú, que con múltiples caras visitas nuestros hogares; tú que, vestida de amigo o extraño, tocas nuestras puertas llevando contigo el regalo de Dios.

¿Cómo han estado? Lo de allá arriba era el comienzo de algo, no se de que, seguramente algún día tomará un poco más de forma y saldrá por estos lugares olvidados.

¡Qué curioso es Dios y sus planes para nosotros! Nunca seremos capaces de entenderlos y, aún sabiendo esto, nos empeñamos en tratar de encontrar la manera de saber que es lo que nos depara el futuro. ¿Quién no conoce a alguien que haya tratado de “consultar su futuro”?

¡El futuro es lo que construimos hoy! Cada sonrisa, cada mirada cargada de sentimiento, cada palabra cruzada y compartida con el corazón. ¡Esa es la semilla del futuro! Hoy me doy cuenta de las tantas veces que sembré patatas queriendo cosechar manzanas. ¡Claro que ni siquiera los árboles vi!

Sé lo que quiero y lo que tengo para ofrecerte a ti y a ti, también a ti. A algunos, sentimientos similares: una oreja que escuche y un hombro en que recargarse. A otros, como la familia, un poco más: apoyo a cualquier costa y paciencia infinita. Para cada cuál como el corazón disponga, pero siempre con la verdad.

Quiero cosechar manzanas, así que sembraré manzanas. Un paso a la vez, caminaré hasta el final de mi vida. El egoísmo me hace esperar tenerlos siempre a tiro de piedra, porque gracias a todo lo que ustedes me han enseñado es que estoy acá. Pero sé que nuestros caminos a veces apuntan pa’lados distintos y nada se puede hacer más que seguir caminando y alimentar ese fuego interno que nos ha unido todo este tiempo, tenerlo preparado para el día en que nuestros caminos vuelvan a encontrarse.

Oh destino, prefiero no conocerte de antemano ;)